Translate

domingo, 19 de junio de 2016

Como el más bonito amanecer

Como el más bonito amanecer, sintiendo tus manos sobre mi espalda, tu media sonrisa al despertar y los ojos entreabiertos pero llenos de vida, llenos de amor, ese amor tan puro con el que me mirabas como si el mundo fuese a acabar con el siguiente suspiro.
Como la más bonita canción de amor nunca escuchada, dos personas que encajan cual puzle perfecto y a la vez dos seres tan diferentes tratando de encontrar el punto de equilibrio.
Más como tratar de olvidar algo que jamás querrías, como tratar de olvidar si hasta al cerrar los ojos lo veo. Ardo dentro de una hoguera, preguntándome por qué.
¿Por qué olvidar algo que te hace feliz?
¿Por qué dejar atrás a quien te hace feliz?
¿Por qué olvidar algo con lo que poder ser tú?
Fuiste, eres y serás ese relámpago en vena que siento cada vez que tus manos rozan mi piel, ese suspiro en la tormenta que trae la calma a mi ser.
Aprendí, aprendimos el significado de todas y cada una de las palabras que se refieren al amor, unos niños inexpertos jugando a ser adultos aún con mucho que aprender, pero juntos. Miles de sombras acechaban el camino, miles de piedras con las que tropezar que aún sin saber cómo fueron superadas. Amor, aprendimos lo que significaba, sin miedo de sentir.
Crecimos cada vez más, veíamos como la vida traía consigo sorpresas que nadie puede prever, pero que por suerte, o por desgracia, nos tocó vivir. Superando cada tropiezo agarrando con fuerza la mano del otro, esa que siempre ha estado tendida cuando se acercaban los demonios.
No teníamos nada, solo a nosotros, con eso era suficiente.
Te quise sin nada y te querré con todo, porque el amor es eso, querer incondicionalmente. Cuatro veranos luché por verte sonreír, por poder hacer de tus pesares solo altos escalones que la vida ponía en tu camino.
Pero te fuiste.
Una racha de viento nos visitó y nos partió como al más fuerte roble. Comprendí lo que es sentir vacío, como si dentro de mí soplara el más fuerte viento jamás pensado.
Vivo deseando que vuelvas, ojalá pudiera mandar en el alma y hacer que todo fuese como ambos queremos, darte el coraje necesario para colocar cada cosa en su lugar.
A día de hoy me abrazo a la ausencia que dejaste en mi cama, aquella que ambos aun queremos completar.
No hay un segundo en el que pueda estar sin ti, porque mi soledad y yo sin ti no nos llevamos bien.
Te amaré con el cuerpo, con la mente, con la piel y el corazón, mi más dulce introducción al caos.
No dejes que me vaya.

La suerte nunca se olvida, y si se esconde, siempre acaba volviendo.

jueves, 16 de junio de 2016

Venenosa duda

Un día más, un día más al hastío de tu corazón, un día más a la sombra de tus sentimientos, esos que solo un valiente corazón ha sido capaz de arrollar.
Te busco en el castillo de mi cuerpo, aquel en el que me hallo clausurado, buscando sentimientos que un día creí enterrados y que hiciste volver a resurgir.
Necesito saber si me amas de verdad y esta vez ya sobran las palabras y las promesas, quiero que de una vez hables con el corazón y hablen los sentimientos, porque lo que está claro es que nunca los pensamientos sobrepasan lo que el corazón dice y si intentamos callarlo lo único que hallaremos será sufrimiento.
El único miedo que debería existir sería el de perder tan puro amor. El miedo no es más que un estado de la mente al que se vence con la fuerza de un poderoso sentir, pero para hacerlo habrán de emplearse todas las ganas posibles de vivir, de vivir feliz. No se puede tener miedo a un amor que se quiere vivir, ese miedo habría de tenerse a no vivirlo y a morir pensando en lo que hubiera sido.
No tengas miedo de amar, de volver a amar a quien te enseñó el significado de esa palabra y sobre todo, no tengas miedo a la soledad, habría que tener miedo a vivir engañándose, porque no existirá mayor soledad que perder lo que realmente te hace feliz, porque perderlo llevara al más profundo precipicio al vacío.
Una frase que me ha enseñado mucho es que “no hay una historia de amor real que tenga un final feliz. Si es amor no tendrá final. Y si lo tiene, no será feliz”.
Por lo tanto, en la vida hay que arriesgar, arriesgar por lo que uno quiere de verdad y dejar atrás miedos y pensamientos que nos digan lo contrario, porque cuando uno realmente hace lo que quiere es feliz, por mucho, poco o por un tiempo infinito, pero feliz de verdad.
Hoy me encuentro aquí escribiendo esto, con los ojos encharcados como aquel día en que te fuiste y como todos aquellos en que no estás por tus temores. Pero dicen que si quieres algo en la vida tienes que luchar por ello y hacer ver que merece la pena.
No puedo prometer cuentos de hadas, solo puedo prometer dar todo de mí por ti, como cada día desde aquel caluroso miércoles.
Te recuerdo como eras el último otoño. Con cálida mirada y escalofríos bajo las sábanas.

Te quiero y te quise, ayer, hoy y mañana.